domingo, 3 de agosto de 2008

Nos conocimos al ritmo del compas.

Es un recuerdo un tanto confuso. No estoy segura si fué una mañana o una tarde, sólo sé que estaba nublado y no pensaba verte por ahí. Yo paseaba por ese gran parque en medio de la cuidad. Corría viento, había mucha gente aglomerada alrededor de los puestos de golosinas. Recuerdo que iba vestida con mi gran abrigo rojo, mi boina de lana negra y mis botas para el agua. De la nada una amiga se acerco y me comentó: "Creo que alguien te está observando y en cualquier momento lo verás ". Ese comentario debió parecerme de lo más normal, porque yo seguí mi rumbo sin vacilar ni observar lo que tenía a mi alrededor, sólo el sonido de la música de un cantante callejero me distrajo y sentí unas ganas tremendas de bailar, algunas personas lo hicieron, en el medio del lugar, solos o acompañados y yo me animé a danzar y tú apareciste de pronto de entre los puestos del lugar.
Me tendiste tu mano y seguiste mi paso hasta que coordinamos al ritmo del compas.
No sentí la necesidad de saber quién eras, fué como si ya lo supiera, tal vez te vi pasar por ese lugar más de alguna vez , pero en ese momento me pareciste de lo más interesante, con tu abrigo verde, tu pelo negro tan despeinado, y tus lentes de marco azul. Debo decir que te movías con total naturalidad.
Paramos, aplaudimos y juntos reímos por tal papelón. Intercambiamos las preguntas correspondientes y nos fuimos juntos del parque en el medio de la cuidad.

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